domingo, 20 de octubre de 2013

Equihua al Tri



Por Roberto Pichardo

Una noticia tan fresca y llena de vida era la que tanta falta le hacía a este espacio de opinión. Llegué a casa al medio día tras una convivencia familiar para enterarme que Miguel Ángel Herrera Equihua, el futbolista campeón de segunda división con Titanes de Tulancingo y que despojó a Néstor Vidrio de la titularidad con Pachuca, se vestiría con la camiseta tricolor en la primera convocatoria del entrenador de igual nombre de pila y apellido paterno. Si a esto le agregamos que los blanquiazules por fin regresaron al triunfo podremos decir que estamos viviendo un domingo maravilloso.

¿Qué tanto puede significar la convocatoria de Equihua para el resto de los Tuzos? Tan simple como desatar una rivalidad sana y deportiva en el seno del equipo centenario. Los jugadores mexicanos seguramente han comenzado a pensar que ellos también pueden estar en una convocatoria de tal importancia. Recordemos que la Selección Nacional se las ha visto canutas a lo largo del hexagonal final, y ahora se llega a una instancia miserable para buscar el boleto a Brasil. Vivir o morir. No hay mañana para el equipo de todos, y el técnico lo sabe.

El llamado de Miguel Ángel también le refleja a todo el país la situación que los seguidores tuzos conocen perfectamente. El técnico Herrera declaró que Miguel ha destacado pese al mal paso de su equipo, y tiene toda la razón. ¿Quién más si no es Equihua el mejor jugador Tuzo del momento? Aquel que suda la camiseta los noventa minutos, jornada a jornada. Quien fuera bicampeón con Tulancingo alado de Pedro Cortés, Víctor Mañón y Miguel “Taquito” Velázquez. El hombre que le llenó el ojo a los técnicos que han pasado por ésta institución, de modo que le ganara el puesto a Javier Ledesma ante la lesión de Néstor Vidrio, y más tarde, le arrebatara también el puesto a éste.

Hoy por hoy podemos asegurar con firmeza que Miguel Ángel Herrera es el líder de la defensiva tuza, que si bien no ha tenido el torneo perfecto como conjunto, individualmente es de los pocos destellos (si no es que el único) de creatividad y profesionalismo que el Equipo de México tiene que ofrecernos. Hace mucho tiempo que no tenemos una figura de la talla de Christian Giménez, Juan Carlos Cacho y mucho menos como Miguel Calero. Hace mucho que no existe un referente en la cancha, y parece ser que un muchacho michoacano de 24 años de edad viene a cambiar un poco la historia.

Más que merecido, más que necesario. Al principio del torneo mencioné que una de las figuras de Pachuca en este Apertura 2013 sería, precisamente, el “24”. Algo tienen los Herrera que en Pachuca se convierten en figuras. Uno de ellos comienza a escribir su historia con letras de oro en el viejo continente. El otro, ha sido llamado a la última oportunidad de México para pelear un puesto en la justa futbolística más importante. Se necesitan auténticos guerreros para el par de enfrentamientos más importantes que ha encarado México en mucho tiempo. Hombres de sangre fría dispuestos a darlo todo por el equipo de sus amores, y que ahora, también darán la cara por toda una nación donde la fe comienza a desvanecerse.

¡Muchas felicidades Miguel! ¡Es momento de triunfar! 


domingo, 13 de octubre de 2013

Tuzo en apuros



Por Roberto Pichardo

El tiempo se agota. Quedan pocas jornadas para que Pachuca haga el intento de reaccionar, de creer en un estilo de juego que Enrique Meza trata de inculcar a sus pupilos.

Los nuestros no muestran señales de vida, y es casi imposible creer que sumando un punto con cada juego en el Hidalgo se logrará la añorada clasificación a la Liguilla, a la cual no se regresa desde 2012. 

Suponiendo que la estrategia de Enrique Meza entrara en la mente de cada uno de los jugadores, Pachuca podría alcanzar los 24 puntos en la tabla general, lo cual lo metería en zona de clasificación a la espera de diversas combinaciones de resultados. Lo interesante del caso es pensar ¿sucederá así? ¿Los Tuzos acatarán a la perfección las órdenes de su estratega?

En las últimas semanas los líderes del equipo han mostrado su vergüenza ante los resultados, al mismo tiempo que la afición comienza a perder la paciencia. Un claro ejemplo del caso es que el Estadio Hidalgo no pudo contar con localidades agotadas ni siquiera siendo entrada libre. Hay quienes dicen que fue por el requisito de llevar boletos de partidos anteriores, pero pretextos hay muchos. Éste Pachuca no le gusta a nadie, y más a sabiendas que sería la tercera ocasión que un “superequipo” no termina de gestar y queda como eso, un embrión, una promesa, un sueño roto.

El Profesor Meza señalaba la semana pasada que los jugadores necesitan creer en un estilo de juego, y es que es inconcebible que un cambio tan radical en el banquillo no pueda rendir frutos. Si bien el director técnico tiene la obligación de inculcar a sus discípulos una idea táctica a la cual aferrarse y explotar al máximo en el terreno de juego, no queda en sus manos hacer que se cumpla. La disposición de cada uno de los integrantes de la plantilla debe ser total, dispuestos a aprender lo que un hombre con tal trayectoria tiene que enseñarles. He ahí el ejemplo de Daniel Arreola. Uno de los mejores cobradores, aunque muchos no lo sepan, es el surgido de las básicas del Atlante. Nos regaló un gran gol la semana pasada como no lo hacía hace un rato, esto producto de la confianza y sabiduría inculcada por el “Ojitos”.

Desde hace vario tiempo suelo hacer el comparativo entre la Selección Mexicana y los Tuzos. Ambos equipos habían tenido un paso terrible en sus respectivas competiciones. Uno de ellos comienza a despertar de la mano de Víctor Vucetich, con la mente fresca y gente nueva, dispuesta a darlo todo. En Pachuca las cosas también podrían mejorar, puesto que la última alineación mostró más de tres ajustes. Esto quiere decir que Meza tiene plena confianza en sus jugadores, sabe que todos pueden responder a la necesidad del equipo. El detalle es que son los jugadores los que no creen en sí mismos, no tienen confianza en el nuevo estilo de juego.

La ley de la inercia atormenta a Pachuca desde hace tres torneos. Jugadores vienen y van. Así como todo cambia y la metamorfosis es latente para los de la Bella Airosa, éstos deben soltar el pasado y todo lo que ha ocurrido a lo largo de jornadas insípidas. Es tiempo de mostrar otra cara. Es ahora o nunca.