domingo, 13 de octubre de 2013

Tuzo en apuros



Por Roberto Pichardo

El tiempo se agota. Quedan pocas jornadas para que Pachuca haga el intento de reaccionar, de creer en un estilo de juego que Enrique Meza trata de inculcar a sus pupilos.

Los nuestros no muestran señales de vida, y es casi imposible creer que sumando un punto con cada juego en el Hidalgo se logrará la añorada clasificación a la Liguilla, a la cual no se regresa desde 2012. 

Suponiendo que la estrategia de Enrique Meza entrara en la mente de cada uno de los jugadores, Pachuca podría alcanzar los 24 puntos en la tabla general, lo cual lo metería en zona de clasificación a la espera de diversas combinaciones de resultados. Lo interesante del caso es pensar ¿sucederá así? ¿Los Tuzos acatarán a la perfección las órdenes de su estratega?

En las últimas semanas los líderes del equipo han mostrado su vergüenza ante los resultados, al mismo tiempo que la afición comienza a perder la paciencia. Un claro ejemplo del caso es que el Estadio Hidalgo no pudo contar con localidades agotadas ni siquiera siendo entrada libre. Hay quienes dicen que fue por el requisito de llevar boletos de partidos anteriores, pero pretextos hay muchos. Éste Pachuca no le gusta a nadie, y más a sabiendas que sería la tercera ocasión que un “superequipo” no termina de gestar y queda como eso, un embrión, una promesa, un sueño roto.

El Profesor Meza señalaba la semana pasada que los jugadores necesitan creer en un estilo de juego, y es que es inconcebible que un cambio tan radical en el banquillo no pueda rendir frutos. Si bien el director técnico tiene la obligación de inculcar a sus discípulos una idea táctica a la cual aferrarse y explotar al máximo en el terreno de juego, no queda en sus manos hacer que se cumpla. La disposición de cada uno de los integrantes de la plantilla debe ser total, dispuestos a aprender lo que un hombre con tal trayectoria tiene que enseñarles. He ahí el ejemplo de Daniel Arreola. Uno de los mejores cobradores, aunque muchos no lo sepan, es el surgido de las básicas del Atlante. Nos regaló un gran gol la semana pasada como no lo hacía hace un rato, esto producto de la confianza y sabiduría inculcada por el “Ojitos”.

Desde hace vario tiempo suelo hacer el comparativo entre la Selección Mexicana y los Tuzos. Ambos equipos habían tenido un paso terrible en sus respectivas competiciones. Uno de ellos comienza a despertar de la mano de Víctor Vucetich, con la mente fresca y gente nueva, dispuesta a darlo todo. En Pachuca las cosas también podrían mejorar, puesto que la última alineación mostró más de tres ajustes. Esto quiere decir que Meza tiene plena confianza en sus jugadores, sabe que todos pueden responder a la necesidad del equipo. El detalle es que son los jugadores los que no creen en sí mismos, no tienen confianza en el nuevo estilo de juego.

La ley de la inercia atormenta a Pachuca desde hace tres torneos. Jugadores vienen y van. Así como todo cambia y la metamorfosis es latente para los de la Bella Airosa, éstos deben soltar el pasado y todo lo que ha ocurrido a lo largo de jornadas insípidas. Es tiempo de mostrar otra cara. Es ahora o nunca. 


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