domingo, 29 de diciembre de 2013

Futuro inmediato


Por Roberto Pichardo

Probablemente no podemos decir que “ya empezamos mal” después de haber fracasado en el cuadrangular previo al arranque de la Liga, puesto que no es un inicio, sino la prueba final de un nuevo grupo que se embarcará, en una semana, en un torneo que no pinta nada fácil si se juega con el mediocre futbol mostrado en los encuentros contra Puebla y Estudiantes.

Primero que nada, he de decir que el mayor error cometido por el profesor Enrique Meza fue minimizar a un rival. Así se juegue contra la filial sub-15, lo ideal será siempre arrancar con el mejor cuadro posible, y estoy seguro de que lo que el “Ojitos” mostró como once inicial ante Tecos está muy lejos de ser la mejor alineación posible. Eso sí, habrá que entender si el profe tuvo otra perspectiva de los hechos, lo cual puede interpretarse como una natural y completamente sana rotación plantilla en pretemporada. Finalmente, hay que probar todas las armas antes de entrar a la guerra.

En este par de encuentros amistosos Pachuca fue derrotado con una bala perdida, o quizá dos, que no pudieron acabar con el cotejo en su muerte súbita. Ni hablar, una derrota en penales se perdona, pero ojo, Puebla fue el único equipo que tuvo más movimientos de plantilla que los Tuzos. En el segundo encuentro, en el intento por rescatar la dignidad frente a su gente, el nuevo hermano menor hizo de las suyas en la reunión familiar. Inocente palomita que te dejaste derrotar…

Lo angustiante para mí no es un par de derrotas en manos de equipos cuyo presente no es el más cómodo, sino la razón por la que dichas ocurrieron. Bien dicen que la mejor defensa es el ataque, y el mejor ataque, obviamente, es el ataque mismo. Si de algo ha adolecido este equipo desde hace ya varios torneos es de contundencia y agresividad al frente. En dos años naturales, se han anotado tan solo 79 goles en 68 encuentros de Liga Mx, lo que significa que Pachuca rompe la meta contraria 1.16 veces por partido.

Esto se debe principalmente a la mala planeación ofensiva que se ha propuesto en los últimos cuatro partidos. Hace ya unos ayeres que el conjunto blanquiazul no tiene un rompe redes nato, como ya he comentado en bastantes ocasiones. Además, una serie de eventos se han conjugado en contra del equipo, como ha sido la ausencia de “segundas oportunidades” a quien las merece, así como se le ha brindado a quien no responde de igual forma.

Otra de las razones es el agudo ir y venir de jugadores. Enrique Esqueda es el jugador que más tiempo ha militado en Pachuca (sin contar a Rodolfo Cota y a Marco Pérez), lo hace desde 2010. El resto de la plantilla no tiene ni siquiera tres años vistiendo la camiseta del equipo centenario. Desde la partida de Leobardo López y el retiro de Miguel Calero (Q.E.P.D.),  los hidalguenses no han vuelto a tener una figura, un líder, un ídolo, un referente en la cancha. Se dice fácil adaptarse a un estilo de juego con gente desconocida, y más si los entrenadores también han ido y venido, pero señores, toda orquesta requiere de un director, y de los once hombres plantados en el campo no hay uno solo que tome la batuta.

Contundencia es la palabra clave de Pachuca en el futuro inmediato. De esta cualidad depende el torneo a jugarse en la segunda mitad del año futbolístico. No la han tenido, no la tienen, pero, ¿la tendrán?
 

domingo, 22 de diciembre de 2013

¿Pachuca o León?


Por Roberto Pichardo

Antes que nada, debo enfatizar que la pregunta que da título a nuestro escrito es dirigida a la gente de pantalón largo que se encarga de hacer (y deshacer) el presente, pasado y futuro de nuestro equipo. Me ha quedado más que claro que la afición de Pachuca, en términos generales, repudia la “hermandad” con Club León casi tanto como demanda que Martínez Patiño volteé a ver al Tuzo con los mismos ojos con los que vio a su nuevo equipo levantar la copa que lo proclama como monarca de nuestro balompié. Y desde éste momento dejo en claro que el asunto a tratar no tiene absolutamente nada que ver con el equipo León, club al que le guardo un profundo respeto. Cualquiera que tenga ojos podría reconocer el excelente trabajo que los Panzas Verdes han realizado desde que adoptaron el “Modelo Pachuca”.

Desgraciadamente, la mediocridad y poca seriedad en Pachuca a lo largo de la presente década nos ha llevado a señalar culpables.

¿A quién no le gustaría ser el “hijo favorito” de sus padres? Aquel al que le dan juguetes nuevos, ropa costosa, y mucha atención. Todos han querido serlo. Y la paradoja en el asunto es que los primeros seis meses los de Hidalgo se mantenían como hijos predilectos pese a la llegada de un nuevo miembro a la familia. Enviaron a gente como Luis Montes, William Yarbrough y Carlos Peña a ponerse la camiseta del hermano menor cuando bien pudieron haber cumplido un proceso de formación en su equipo de debut. Pero, ¡oh, sorpesa! Los muchachos maduraron, crecieron y hoy en día son material de exportación al primer mundo.

De los refuerzos ni se hable. Se le ha dado la oportunidad a tanta gente incompetente una y otra vez. León adoptó el “Modelo Pachuca”, ya que los Tuzos no usan el “Modelo Pachuca”. ¿De qué se trata este juego? ¿Por qué Pachuca no puede tener un Rafael Márquez o un Mauro Boselli?

Y podrán decir que es un acto de desagradecimiento lo que un servidor plasma en sus líneas, pero señores, el pasado caduca. No nos vamos a pasar toda la vida presumiendo la Sudamericana, los títulos de Liga y todo lo que se logró en los primeros años del nuevo milenio. Ya no más. Una institución de tal categoría se alimenta de un presente digno y un futuro prometedor. ¿De qué sirve tener la gloria haciéndonos sombra si sólo la recordamos cuando la campaña en juego se ha ido al demonio?

La negligencia continúa. Una y otra vez. Se hablaba de darle la oportunidad a los jóvenes en el torneo próximo, hasta que apareció un personaje pseudoprofeta que declaró que “dos o tres refuerzos” serían necesarios para la revancha blanquiazul. Andrés Fassi, nacido en La Tierra Al Revés, se despachó con siete nuevos individuos (a los que se les dará un precavido beneficio de la duda). Moraleja: si el señor vicepresidente dice “dos o tres”, seguramente quiere decir “dos o tres…o cuatro, o cinco, o diez”.
Señor Andrés Fassi, cantidad no es calidad. Es la lección que usted nos ha enseñado y se ha empeñado en remarcar de manera semestral.

Y la cereza del pastel no pudo esperar. Era demasiado bueno para ser cierto. Como se ha hecho hábito, los directivos nos salieron con la bromita de vender al jugador más constante y comprometido que se tuvo la temporada pasada. Y no, no hablo de Duvier Riascos. Una vez más, ha quedado demostrado que Pachuca no aspira a tener un ídolo entre sus filas en mucho tiempo. Gracias, Iván Estrada. Te echaremos bastante de menos. Probablemente si adaptamos a Jürgen Damm o a Pizarro como laterales nos den lo mismo que tú nos diste. Ya basta de experimentos, por favor. A como vamos, Rodolfo Pizarro terminará siendo portero en un par de torneos (jugaba como extremo, después como contención y ahora comienzan a probarlo como lateral).

“Yo amo al Pachuca y le voy al Pachuca”, dijo Jesús Martínez hace unos días en la televisión. Días antes de dicha entrevista, brindaba con Carlos Slim por la inmensa retribución económica que tendría un nuevo campeonato en la sala de trofeos de la reprobable mafia futbolística que se traen entre manos.
León, el dinero, yo que sé. Sólo estoy convencido de que al equipo que ayer te dio todo hoy lo miras con signo de pesos.

Señores, CON PACHUCA NO SE JUEGA.


viernes, 6 de diciembre de 2013

Un año de tu ausencia


Por Roberto Pichardo

*La Voz del Huracán celebra su primer aniversario como columna formal el día de hoy. De todo corazón agradezco a todos los lectores que me han seguido semana a semana. Seguiremos creciendo por ustedes.*


Mi felicidad se la llevó tu adiós. Las fotografías y videos cuentan historias, historias que tú escribiste a base de esfuerzo, pasión y determinación. En diez años construiste el peldaño más grande; cavaste hasta donde ningún Tuzo había llegado, a lo más recóndito de los corazones de cada uno de los que, semana a semana, te alentaban a ti: el eterno capitán. Extrajiste el oro, el éxito y la gloria y la ofreciste a cada una de las personas a las que hacías vibrar con tus saltos, volteretas y vuelos espectaculares. Eras único.

Hoy hace un año que te has ido de este mundo enloquecido hacia la paz celestial con la que todo hombre sueña. Pero he de decirlo, no esperaba tu partir. Me tomó tan desprevenido como seguramente a ti te ocurrió. Derramé lágrimas sobre mi camisa color vino, de codos acolchonados y con el número uno en la espalda. No pude con tu adiós tan repentino.

Y sin embargo levanté la mirada y supe que tu partida, tu vuelo sin regreso, era el comienzo de una nueva historia. Sabía la historia que le contaría a mis hijos y a los hijos de éstos. Hablaría sobre aquél héroe con gorra que aterrizó en la Bella Airosa a inicios del nuevo milenio para convertirse en uno de los personajes más importantes en la historia de la ciudad y del estado. Les contaría cómo rescataste el empate de último momento con un testarazo certero, pese a que tu vieja “cachucha” nunca abandonó tu cabeza. Les diría que tu coraje y determinación derrotaron a Landon Donovan, el tirano estadounidense, en un tiro desde los once pasos. Platicaría cómo conquistaste el continente americano, tanto en el norte como en el sur, vistiendo los colores del equipo que hoy te rinde tributo.

Sudaste hasta la última gota en cada partido, en tantos años de éxito, que tu retiro de las canchas parecía inminente, y lo fue. Y ahí me tienes, gritando tu nombre en el último partido de tu carrera donde miraste hacia arriba y dijiste “gracias”. Un par de vuelos sobresalientes, como nos tenías acostumbrados, y no hubo para más. Silbatazo final y Miguel Calero, ya sin gorra, se quitó los guantes, la camisa, los botines, ¡hasta los pantaloncillos! Y los ofreció a la gente que siempre estuvo detrás de él. “…ya llegó Miguel Calero, llegó a Pachuca para ser campeón”. 

Y así, en medio de sollozos, gritaría con augurio y fervor: “¡vuela alto Cóndor, vuela alto!”. Porque fuiste, eres y serás parte de mi historia de vida. Desde pequeño te vi salvar el día cual titán que resguardaba la portería de un equipo que soñaba con la gloria y que, de tu mano, la consiguió. Estabas en la cima del mundo, como todo un gigante.

Ahora que conmemoramos un aniversario de tu graduación de la vida, te recordamos y te extrañamos, pues has dejado un hueco que nadie nunca podrá llenar. Nadie jamás usará el dorsal número uno, todos los hicieron a tu medida, ideales para el que ahora resguarda la meta en el inframundo, tan solo mientras espera para nacer nuevamente, volver a llamarse Miguel Calero y defender, “a huevo”, los colores de Pachuca.

¡Gracias, Calero!


domingo, 1 de diciembre de 2013

Todo o nada



Por Roberto Pichardo

*La Voz del Huracán celebrará su primer aniversario como columna formal este 6 de diciembre. ¡Muchísimas gracias lectores!*

Hace unos días me puse a analizar la nueva apuesta del Club Pachuca de cara al Clausura 2014. En la presente década se ha intentado de todo. Han realizado contrataciones millonarias que no terminan de funcionar; se ha optado por técnicos de alto, mediano y bajo perfil que no han podido regresar al equipo a la gloria y se han exportado (o regalado) jugadores juveniles de suma importancia. La última carta de la institución hidalguense será tomada: la cantera.

No es del desconocimiento de nadie el hecho de que Pachuca tiene una de las mejores canteras mexicanas de la actualidad. Hombres como Carlos Peña, Héctor Herrera, Luis Montes y Miguel Herrera Equihua se han convertido en gente importante en sus equipos, por lo que ahora se apuesta por retener a las jóvenes promesas para que sean la base de un barco que se hunde a pedazos.

Y es que con los acontecimientos recientes en los que los “flamantes” refuerzos no reaccionan y son los canteranos los que responden al grito de auxilio con garra y deseos de triunfar, habrá que otorgarle el beneficio de la duda a quien verdaderamente lo merece. La cuestión es, ¿con la ilusión basta?

Aterrizando un poco en el frío mundo real, hay que reconocer que no. No basta con el empeño que se ponga si no existe orden y disciplina. Un ejemplo muy claro es el caso de Rafael Márquez. El jugador de León regresó a la selección mexicana ante la necesidad de un líder, de un capitán, de un “macho alfa”. El resultado: una defensa ordenada y un equipo con la mirada en alto. Justamente es eso lo que ha extrañado Pachuca, un hombre que se tire el equipo al hombro, que ponga a todos en su lugar, que tenga pantalones para llevar el gafete de capitán, y para mi gusto, Óscar Pérez no es suficiente. El único hombre que puede poner el equilibrio al nuevo proyecto tuzo se llama Christian, se apellida Giménez y le dicen “Chaco”.

El ídolo de la afición blanquiazul, el que recibe ovaciones al plantarse en el ojo del “Huracán”, el que torneo a torneo se pide que regrese al lugar donde lo ganó todo. El “Chaco” es el más grande emblema activo de Pachuca por sus goles, su carisma y carácter y estilo. El indicado para inculcarle a chicos y “grandes” el amor por los colores. No hay más.

Christian ha reiterado, pese a una polémica fotografía publicada en su Twitter, su deseo por quedarse en Cruz Azul. Sin embargo, su contrato casi ha vencido. Ahora sí, es momento de que el “Chaco” decida si de verdad desea permanecer en donde se encuentra y luchar por un título o dar un paso al pasado y revivir la gloria que aquí cosechó. Afortunadamente, el ruido que provoca la gente de Pachuca llega hasta oídos del propio jugador naturalizado. Consciente de que acá se le quiere, se le extraña y se le requiere, no descarto que entre en un dilema en el que, esperemos, Pachuca salga avante.

La escuadra centenaria, que el cuatro de diciembre conmemora el primer aniversario luctuoso de Miguel Calero, les dará la oportunidad a jóvenes que han vivido procesos largos y difíciles. Algunos están desde los trece años, otros desde antes. El futbol hará justicia con muchos de ellos, que seguramente aprovecharán al máximo cada instante que pongan los botines en el césped. Se espera un equipo joven, fresco, con ilusiones nobles. Y vaya, ¡cómo les vendría bien un líder! Christian Giménez sería la cereza del pastel en este nuevo intento por regresar al protagonismo, sería, al fin, la conjugación de juventud y experiencia de la que tanto se ha hablado.


domingo, 17 de noviembre de 2013

Análisis general del Apertura 2013



Por Roberto Pichardo

El sueño de la reconquista en 2013 terminó. Pachuca no fue capaz de si quiera colarse a la fiesta grande en ninguno de los dos torneos de trascendencia que disputó este año. En el torneo que para los Tuzos acaba de terminar, con dos técnicos y más de ocho jugadores nuevos, se apostó por un nuevo proyecto que, pese a la mejora futbolística con el pasar de las jornadas, mantuvo su racha de resultados negativos.

LOS NÚMEROS

En el Apertura 2013 de la Liga Bancomer MX Pachuca registró un total de 14 puntos obtenidos, producto de tres victorias, ocho empates y seis derrotas. Cabe destacar que el equipo hidalguense forjó una maldición que consistía en que, a partir del minuto 80, los equipos le robaban el resultado. Dicha coincidencia ocurrió en siete ocasiones. La diferencia de goles terminó en -4, con saldo de dieciocho dianas recibidas por catorce anotadas.

Óscar Pérez fue el hombre que más minutos tuvo en el terreno de juego, acumulando un total de 1.485. Se cuenta un total de 29 amonestaciones y solo una expulsión,  siendo Efraín Cortés el más indisciplinado con cuatro cartones amarillos y una tarjeta roja en la cuenta, seguido por Miguel Herrera Equihua con cuatro tarjetas preventivas.

Por último, se puede destacar que hubo un cuádruple empate en el máximo anotador de Pachuca. Duvier Riascos, Fernando Cavenaghi, Othoniel Arce y Daniel Ludueña anotaron únicamente dos dianas para la causa blanquiazul. Así mismo, cabe mencionar que se realizó únicamente un debut en todo el torneo, como fue el del mediocampista Erick Gutiérrez.

CUMPLIÓ, NO CUMPLIÓ Y QUEDA A DEBER

*Fernando Cavenaghi: Comenzamos la tradicional sección con el hombre que, antes de acabada la competencia futbolística para Pachuca, ya tenía un pie fuera del equipo. Poco futbol, mucha expectativa. En un par de años no lo recordaremos más. NO CUMPLIÓ

*Duvier Riascos: Candidato a salir del equipo pese a su intención de quedarse. Se las ha visto duras con la prensa y la afición, y lo que mostró vistiendo la camiseta de Pachuca está a años luz de ser lo que se le recuerda con Tijuana. ¡Ya despierta, Duvier! NO CUMPLIÓ

*Daniel Ludueña: En su revancha con el equipo minero tuvo una ligera mejoría. Nos regaló un poema de gol, sí, pero perdió el gafete de capitán casi al instante y no pudo ser el referente en el ataque que tanto necesita esta escuadra malherida. NO CUMPLIÓ

*Iván Estrada: El ‘Gutty’ es de esos hombres que, sin dar mucho que decir, están presentes en cada momento. Fundamental en el ataque y la defensa, y vaya, ¡cómo corrió! CUMPLIÓ

*Enrique Esqueda: Parecería que la fascitis plantar comienza a ser parte del pasado del ‘Paletuzo’. Se recuperó, regresó y nada más no la vio llegar. Se le tendrá la tolerancia, quiero suponer. Eso sí, si se queda un torneo más será jugársela completa. Cero comfort. QUEDA A DEBER

*Othoniel Arce: Novato en muchos sentidos. Arce no ha tenido la fortuna que quisiera a lo largo de su carrera. En los equipos en los que ha militado no se le han visto más que simples destellos, ataques de habilidad. Desde el principio sabíamos todos lo que podía ofrecer. QUEDA A DEBER

*Óscar Pérez: Para el caso del ‘Conejo’ tuve que cerrar las redes sociales en los últimos tres partidos. Severamente criticado por algunos, alabado por otros. Pérez es la viva imagen de la polémica en la comunidad hidalguense, pero creo que pudo haber sido peor. CUMPLIÓ

*Marco Iván Pérez: El ‘Ojos’ está de regreso en Pachuca tras un paso aceptable por San Luis. Los recuerdos de Pérez supliendo a Leobardo López se quedaron en eso, simples recuerdos. Temeroso y algo distraído como no lo había visto con anterioridad. QUEDA A DEBER

*Rodolfo Pizarro: Pareciera que Pizarro tuvo un torneo intermitente. A veces aparecía en el once inicial, otras no (sobre todo con la llegada de Enrique Meza). Lo que sí es que el juvenil le dio cátedra de habilidad y garra a varios de sus compañeros. CUMPLIÓ

LA FIGURA: MIGUEL HERRERA EQUIHUA

El mejor debut del torneo pasado se convierte en la figura de este. Con un total de 1.350 minutos de juego distribuidos en quince partidos, Equihua demostró que aún queda gente en la plantilla de Pachuca que siente los colores que viste, que lo da todo en cada oportunidad que tiene de plantarse en el campo a rodar un balón. Miguel Ángel salvó a su equipo no una, ni dos, ni diez veces. Un defensa ejemplar con gran visión de campo y estupenda marca que ya tuvo su premio: ser convocado a la selección mexicana.

LA REVELACIÓN: JÜRGEN DAMM

Un auténtico velocista. Cuando este joven tenía el balón en los botines podía desbordar brillantemente y mandar servicios precisos. Así mismo cuenta con un disparo fulminante que, de ser bien aprovechado, puede convertirlo en un goleador nato. Comparado con Carlos Fierro y Miguel Layún por su velocidad, es de los hombres más rápidos del futbol mexicano.

POR LA CONTINUIDAD: MARCO BUENO

El Campeón del Mundo sub-17 acumuló únicamente 96 minutos de juego en el AP13, anotando en una ocasión. Fernando Cavenaghi, por decir un ejemplo, anotó en dos ocasiones habiendo jugado 849 minutos. Los números hablan.

LA PROMESA: IVÁN OCHOA

Así es, el Subcampeón del Mundo sub-17, Balón de Bronce de la FIFA, goleador de la selección de su categoría y mediocampista con ganas de debutar y consolidarse en primera división es el hombre a seguir en los próximos meses. Ochoa hizo cosas importantes antes, durante y después de la justa mundialista. Ahora habrá que esperar lo mejor de él en el futuro.



Así termina el análisis general del Apertura 2013. Si bien el 2013 no fue un año grato para los Tuzos del Pachuca, podemos estar seguros de que, con el regreso de Enrique Meza al banquillo, existirá un verdadero proyecto estructurado con los mejores fines: regresar a Pachuca a la gloria.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Adiós Apertura 2013



Por Roberto Pichardo

En enero de 2013 muchos pensábamos “este año la reconquista es nuestra”. No fue así. Es noviembre y el año después del apocalipsis maya se ha terminado para los Tuzos del Pachuca. Recibirán a Querétaro en la última jornada como partido de trámite en donde los nuestros no se juegan más que la dignidad (o lo que queda de ella). Después de eso, vacaciones. Algunos podrán descansar tranquilamente con sus familias tras haber sudado la camiseta cada minuto que pisaron el terreno de juego con la camiseta blanquiazul encima. Claro, no es el caso de gente como Daniel Ludueña, Duvier Riascos y Fernando Cavenaghi, este último a sabiendas de que encabezará la lista de jugadores que buscarán continuar su carrera en nuevos horizontes.
Y son esa clase de rumores y adelantos oficiales los que comienzan a generar la expectativa en la hinchada tuza. ¿Acaso se renovará la plantilla por enésima vez? Y de ser así, ¿servirá de algo? Andrés Fassi nos rompió silencio al declarar que Pachuca mantendrá el 90% de su plantilla, además de que asegura habrá más bajas que altas. Por lo tanto, podemos esperar una exagerada cantidad de movimientos en torno al equipo centenario, tanto por gente nueva como por los que se van. Lamentablemente, el vicepresidente Tuzo ha perdido credibilidad en sus palabras con el pasar de los años, así que se especula que sucederá justo lo contrario a lo que dice.

En fin, pese a lo que adelantó el directivo, lo cierto es que hay cambios que, además de parecer inminentes, son necesarios. En el caso de Cavenaghi se habla de que el jugador nunca se sintió a gusto en la capital hidalguense, más allá de la institución de la que, hasta el día de hoy, forma parte. Hay incluso rumores de que el argentino ha comenzado la mudanza de sus pertenencias, a una escasa semana de romper filas con su club.

También podemos destacar el curioso caso de Duvier Riascos. Durante la semana el colombiano expresó su deseo de permanecer como el “23” Tuzo, justo cuando muchos, incluyendo a un servidor, pensáramos que tampoco había hallado su destino en Pachuca. Riascos ha tenido una temporada infame, eso hay que decirlo. Sin embargo, también habrá que reconocer que ha ido a la alza en su rendimiento, por escasa que sea dicha mejoría. Eso sí, a años luz de ser lo que le recordamos como Xoloitzcuintle.

Incluso se habla de la salida inminente de Ludueña. El que a inicio del torneo fuera capitán de nuestro equipo no terminó de despegar en un año de estancia en la Bella Airosa. El “Hachita” quedó a deber considerablemente, sin mencionar que hace tiempo que Pachuca no tiene un “10” estable y creativo. A pesar de que siempre mostró compostura y dio la cara por el equipo en malos momentos, su buena actitud no se vio reflejada en la cancha, y por esto, su segunda oportunidad como Tuzo fue un fracaso.

Esperamos varios movimientos interesantes para el final del torneo, pero primero habrá que dejar que éste termine. Pachuca se verá las caras con Querétaro con la oportunidad de arruinarle la fiesta, tal como hizo con Puebla. ¿Podrán los Tuzos terminar el torneo con dignidad, por su gente? 


domingo, 20 de octubre de 2013

Equihua al Tri



Por Roberto Pichardo

Una noticia tan fresca y llena de vida era la que tanta falta le hacía a este espacio de opinión. Llegué a casa al medio día tras una convivencia familiar para enterarme que Miguel Ángel Herrera Equihua, el futbolista campeón de segunda división con Titanes de Tulancingo y que despojó a Néstor Vidrio de la titularidad con Pachuca, se vestiría con la camiseta tricolor en la primera convocatoria del entrenador de igual nombre de pila y apellido paterno. Si a esto le agregamos que los blanquiazules por fin regresaron al triunfo podremos decir que estamos viviendo un domingo maravilloso.

¿Qué tanto puede significar la convocatoria de Equihua para el resto de los Tuzos? Tan simple como desatar una rivalidad sana y deportiva en el seno del equipo centenario. Los jugadores mexicanos seguramente han comenzado a pensar que ellos también pueden estar en una convocatoria de tal importancia. Recordemos que la Selección Nacional se las ha visto canutas a lo largo del hexagonal final, y ahora se llega a una instancia miserable para buscar el boleto a Brasil. Vivir o morir. No hay mañana para el equipo de todos, y el técnico lo sabe.

El llamado de Miguel Ángel también le refleja a todo el país la situación que los seguidores tuzos conocen perfectamente. El técnico Herrera declaró que Miguel ha destacado pese al mal paso de su equipo, y tiene toda la razón. ¿Quién más si no es Equihua el mejor jugador Tuzo del momento? Aquel que suda la camiseta los noventa minutos, jornada a jornada. Quien fuera bicampeón con Tulancingo alado de Pedro Cortés, Víctor Mañón y Miguel “Taquito” Velázquez. El hombre que le llenó el ojo a los técnicos que han pasado por ésta institución, de modo que le ganara el puesto a Javier Ledesma ante la lesión de Néstor Vidrio, y más tarde, le arrebatara también el puesto a éste.

Hoy por hoy podemos asegurar con firmeza que Miguel Ángel Herrera es el líder de la defensiva tuza, que si bien no ha tenido el torneo perfecto como conjunto, individualmente es de los pocos destellos (si no es que el único) de creatividad y profesionalismo que el Equipo de México tiene que ofrecernos. Hace mucho tiempo que no tenemos una figura de la talla de Christian Giménez, Juan Carlos Cacho y mucho menos como Miguel Calero. Hace mucho que no existe un referente en la cancha, y parece ser que un muchacho michoacano de 24 años de edad viene a cambiar un poco la historia.

Más que merecido, más que necesario. Al principio del torneo mencioné que una de las figuras de Pachuca en este Apertura 2013 sería, precisamente, el “24”. Algo tienen los Herrera que en Pachuca se convierten en figuras. Uno de ellos comienza a escribir su historia con letras de oro en el viejo continente. El otro, ha sido llamado a la última oportunidad de México para pelear un puesto en la justa futbolística más importante. Se necesitan auténticos guerreros para el par de enfrentamientos más importantes que ha encarado México en mucho tiempo. Hombres de sangre fría dispuestos a darlo todo por el equipo de sus amores, y que ahora, también darán la cara por toda una nación donde la fe comienza a desvanecerse.

¡Muchas felicidades Miguel! ¡Es momento de triunfar! 


domingo, 13 de octubre de 2013

Tuzo en apuros



Por Roberto Pichardo

El tiempo se agota. Quedan pocas jornadas para que Pachuca haga el intento de reaccionar, de creer en un estilo de juego que Enrique Meza trata de inculcar a sus pupilos.

Los nuestros no muestran señales de vida, y es casi imposible creer que sumando un punto con cada juego en el Hidalgo se logrará la añorada clasificación a la Liguilla, a la cual no se regresa desde 2012. 

Suponiendo que la estrategia de Enrique Meza entrara en la mente de cada uno de los jugadores, Pachuca podría alcanzar los 24 puntos en la tabla general, lo cual lo metería en zona de clasificación a la espera de diversas combinaciones de resultados. Lo interesante del caso es pensar ¿sucederá así? ¿Los Tuzos acatarán a la perfección las órdenes de su estratega?

En las últimas semanas los líderes del equipo han mostrado su vergüenza ante los resultados, al mismo tiempo que la afición comienza a perder la paciencia. Un claro ejemplo del caso es que el Estadio Hidalgo no pudo contar con localidades agotadas ni siquiera siendo entrada libre. Hay quienes dicen que fue por el requisito de llevar boletos de partidos anteriores, pero pretextos hay muchos. Éste Pachuca no le gusta a nadie, y más a sabiendas que sería la tercera ocasión que un “superequipo” no termina de gestar y queda como eso, un embrión, una promesa, un sueño roto.

El Profesor Meza señalaba la semana pasada que los jugadores necesitan creer en un estilo de juego, y es que es inconcebible que un cambio tan radical en el banquillo no pueda rendir frutos. Si bien el director técnico tiene la obligación de inculcar a sus discípulos una idea táctica a la cual aferrarse y explotar al máximo en el terreno de juego, no queda en sus manos hacer que se cumpla. La disposición de cada uno de los integrantes de la plantilla debe ser total, dispuestos a aprender lo que un hombre con tal trayectoria tiene que enseñarles. He ahí el ejemplo de Daniel Arreola. Uno de los mejores cobradores, aunque muchos no lo sepan, es el surgido de las básicas del Atlante. Nos regaló un gran gol la semana pasada como no lo hacía hace un rato, esto producto de la confianza y sabiduría inculcada por el “Ojitos”.

Desde hace vario tiempo suelo hacer el comparativo entre la Selección Mexicana y los Tuzos. Ambos equipos habían tenido un paso terrible en sus respectivas competiciones. Uno de ellos comienza a despertar de la mano de Víctor Vucetich, con la mente fresca y gente nueva, dispuesta a darlo todo. En Pachuca las cosas también podrían mejorar, puesto que la última alineación mostró más de tres ajustes. Esto quiere decir que Meza tiene plena confianza en sus jugadores, sabe que todos pueden responder a la necesidad del equipo. El detalle es que son los jugadores los que no creen en sí mismos, no tienen confianza en el nuevo estilo de juego.

La ley de la inercia atormenta a Pachuca desde hace tres torneos. Jugadores vienen y van. Así como todo cambia y la metamorfosis es latente para los de la Bella Airosa, éstos deben soltar el pasado y todo lo que ha ocurrido a lo largo de jornadas insípidas. Es tiempo de mostrar otra cara. Es ahora o nunca. 


domingo, 29 de septiembre de 2013

¡Ay, Duvier!




Por Roberto Pichardo

Entre los aficionados, prensa interna y demás interesados, uno de los temas más comunes a tratar cuando se habla sobre los Tuzos del Pachuca es la figura Duvier Riascos. ¿Acaso es figura porque no se mueve? ¡Pero claro que se mueve señores!

A inicios de semana, el jugador expresó su sentir por el medio que mayor morbo puede provocar: las redes sociales. Respondiendo unas cuantas menciones en Twitter y sentenciando un mensaje claro hacia todo aquel que le critica, Riascos estalló en 140 caracteres llenos de obscenidades y rabia acumulada.
Los medios de comunicación aguardaron a que se confirmara o desmintiera un posible hackeo de la cuenta, como frecuentemente sucede. Sin embargo, la directiva del Club Pachuca anunciaría tiempo después que no existió dicho hackeo.

Duvier Riascos se disculpó públicamente y en su cuenta de Twitter, al tiempo que aceptaba una sanción “ejemplar”, tal y como dicta la política de la institución a la que pertenece. Lo que un servidor cuestiona repetidas veces es ¿acaso será suficiente una multa económica para reformar al polémico futbolista d los Tuzos?

Semana tras semana he hecho misma afirmación: “Riascos no merece formar parte del once titular”. Enrique Meza no es cualquier sujeto. Conoce a sus jugadores por muy poco que lleve entrenando con ellos, sabe de lo que son capaces y también está consciente de lo que el equipo necesita. Sin embargo, en momentos en los que la fiesta grande del futbol mexicano parece ser una ilusión por tercer torneo consecutivo, desearía con todas mis fuerzas que en Pachuca las cosas fueran distintas.

¿Quién dice que las jerarquías deben respetarse? Si algo me ha enseñado Pachuca en tiempos recientes es que de nada te sirve vivir del pasado, porque ya ocurrió. Vívelo en el momento, mañana ya no valdrá lo mismo. Cada torneo es la oportunidad para 18 equipos de escribir una nueva historia, y los Tuzos se las han arreglado para escribir caricaturas y demás comedias.

Hablando de los jugadores, es inconcebible que se les encuentre en una zona de confort. Piensan que por el hecho de haber firmado un contrato multimillonario tienen el puesto asegurado, pero no debe de ser así. Tenemos el caso de Miguel Herrera, técnico del América. En cuanto un jugador afloja, hay dos o tres más listos a tomar el puesto. En cambio, los nuestros mantienen las jerarquías de jugadores incompetentes y el bello producto es ligar 10 partidos sin ganar, ni aquí ni allá. Cero contundencias.

Al ver la táctica de Miguel Herrera, vaya, ¡cómo quisiera que mi equipo jugara así! Presionar a los jugadores para que compitan a muerte por el puesto, y así, suden la camiseta como siempre debieron de haberlo hecho.

Riascos lleva dos anotaciones en el Apertura 2013, cuando, a las mismas alturas del certamen llevaba 5 dianas y una asistencia con Xoloitzcuintles en el torneo pasado. Números que en realidad son bajos en ambos casos, pero que por lo menos se veía idea e intenciones por parte del jugador en su paso por Tijuana.

¿Hasta dónde podrá llegar Duvier Riascos con Pachuca, para bien o para mal?


   

domingo, 22 de septiembre de 2013

Contra la inercia



Por Roberto Pichardo

¿Hace cuánto que a Pachuca le comenzaron a arrebatar el triunfo en el último minuto? A veces incluso el empate. Desde la era sombría de Hugo Sánchez, atravesando por la decepcionante etapa de Gabriel Caballero y ahora en la revancha del que al Tuzo bañó en oro. Enrique Meza comienza a ser víctima del mal que el equipo centenario padece desde hace ya vario rato. En todas las circunstancias de la vida, es más sencillo atraer lo negativo que lo positivo, y el síndrome que sufre Pachuca de no poder ganar. Y no solo eso, sino de recibir anotaciones de último minuto, comienza a poner en predicamentos al nuevo timonel hidalguense.

Entre semana se consiguió una victoria importantísima en el aspecto anímico. Olvidemos por un momento el contexto, no digamos que fue en la Copa MX, es un torneo que, para un servidor, no tiene valor alguno. Sin embargo, uno de los objetivos de dicho certamen fue aprovechado por los nuestros en el enfrentamiento ante Tiburones. Una victoria contundente de 4 goles a 0 que Pachuca no lograba desde hace varios meses nos puso a reflexionar a muchos. ¿Qué demonios está haciendo Duvier Riascos en el once titular de la Liga? Se pregunta un servidor, de nueva cuenta. Suplico desde el fondo de mi corazón que Darío Carreño esté listo para disputar el próximo partido de la Liga Bancomer MX como titular. Un doblete con la sub-20 y una diana más en la Copa, nos habla de que Pachuca tiene un hombre ejemplar entre sus filas.

Ahora, regresando a lo acontecido anoche, simplemente puedo decir que fue un empate justo. Justo para los once hombres que lucharon en la cancha en condición de visitante, con el clima como factor relativo y con la suerte aparentemente en su contra. Los Tuzos se vieron de manera temprana adelante en el marcador, como tenía un tiempo sin ocurrir. Lo que sí es más que típico es que salieran a defender el golecito que los tenía con la ventaja parcial. El que no arriesga, no gana, e incluso puede perder lo que tiene.

Para quienes no fue justo el empate fue para las 23.000 personas que se dieron cita en el inmueble de la capital hidalguense. Salir con la mirada en el suelo, reprobando lo que ha vuelto a suceder una vez más y considerando que han perdido 90 minutos de su vida. Las críticas son muy duras, y sé que más de un lector se ha identificado con estos sentimientos.

En fin, Enrique Meza tiene frente así un par de retos. El primero de ellos es no ser víctima de la inercia. Romper ese mal ciclo que inició desde su partida en 2009 y que sus predecesores solamente han alargado y aplazado. El segundo reto será escoger a sus jugadores. Reconocer a quienes no merecen formar parte del once inicial y, con la frialdad que la profesión demanda, sentarlos para que su lugar sea ocupado por gente más fresca y con ganas de triunfar. ¿Qué los jóvenes no rinden? Pregúntenle a Carreño, Damm, Pizarro y Bueno, seguramente tendrán algo qué decir.


domingo, 15 de septiembre de 2013

Llueve sobre mojado


Por Roberto Pichardo

Valga la expresión del título en el doble sentido. La Voz del Huracán se ha convertido en una crónica respecto al progreso del equipo en su camino a la gloria. Y es que las cosas suelen ser las mismas o muy similares cada semana. Eso sí, hay que tener los cinco sentidos en el partido para darse cuenta que la mano de Enrique Meza comienza a hacerse presente.

Cada semana se ha hecho habitual para un servidor hablar sobre lo ocurrido el día anterior en el terreno de juego cuando el Tuzo hace rodar el balón, y está bien. El proyecto que llevamos a cabo en estas semanas es de seguir, con mucha cautela, la evolución de nuestro equipo para sacar conclusiones en la Jornada 17. Ya no se trata de criticar por que sí. En fin, ya hablé mucho de mí.

Respecto a lo que vimos anoche en el Tecnológico, podemos decir, en primer término, que las condiciones climáticas tan deplorables para un partido de futbol no son excusa alguna para justificar el resultado final. Todos juegan en la misma cancha. Así mismo, decir que la igualada pudo ser posible, ya que el gol de Cardozo fue un auténtico regalo del destino, pese a haber sido un golazo. Así también, el empate estuvo muy cerca, ya que Pachuca adelantó líneas y puso en aprietos a la zaga local en los últimos diez minutos de juego.

Pero, ¿por qué en los últimos diez minutos de juego? ¿Por qué no todo el partido? Llegó un momento en el que Pachuca no tuvo idea de qué hacer con el esférico en los botines, esto desde el arranque de la segunda mitad hasta casi tres cuartos del tiempo regular. Podrán decir que un juego de “waterpolo” no te da para más, y puede que tengan razón, el reflejo de ello es el resultado: una sola anotación. Sea cual sea el motivo, la actuación de los Tuzos en el norte del país me deja con algunas cosas por resaltar.

Supongo que no soy el único que extrañó a Rodolfo Pizarro en el campo. Desconozco las razones por las que el juvenil no tuvo actividad en esta oportunidad, pero creo que pudo haber sido, por lo menos, un relevo con mucha llegada al frente. Tal es el caso de Jürgen Damm, quien se reúsa a soltar la titularidad con actuaciones favorables. Anoche, el de ascendencia alemana explotó las ocasiones que tuvo el balón, desbordando la banda derecha con estupenda velocidad y frescura.

Tendré que comerme el orgullo y señalar que Duvier Riascos tuvo una mejoría en el campo. Se le ve mucho más participativo al tener el balón, y parece que poco a poco recupera la memoria y se acuerda de cómo jugar al balompié. No así Cavenaghi, que sigue sin incrementar su cuota de goles cuando se esperaría fuese el goleador blanquiazul.

Da gusto ver a Walter Ayoví y a Daniel Arreola levantar la mano para cobrar tiros libres. Mientras el primero casi anota, el segundo ha recibido consejos del profe Meza y tiene ganas de ponerse a prueba a sí mismo frente a su gente. No obstante, esperemos que la lluvia haya sido la causa de que Daniel Ludueña cobrara ineficientemente la mitad de los disparos a larga distancia.

Lo que angustia a un servidor es la banca. Un cambio forzado y dos más que, posiblemente, pudieron haber sido mejor aprovechados. Me hubiera encantado ver a Pizarro, Marco Bueno e incluso Abraham Carreño en el cambio, supliendo a alguno de sus compañeros. Creo que la plantilla y las condiciones te demandan cambios más revulsivos. Pachuca necesita un “talismán”.

Enrique Meza regresó a Pachuca, la que llama “su casa”. El hambre de victoria la tienen todos, los Tuzos no ganan desde la Jornada 2 y se les comienza a escapar la liguilla. Sin embargo, el “Ojitos” no trabaja con presiones, sino con hechos. La primera vez le llegó una derrota tras otra, y cuánto nos dio al final. En términos generales, Pachuca comienza a revivir, poco a poco.


domingo, 8 de septiembre de 2013

Gracias "Eterno", bienvenido "Ojitos"



Por Roberto Pichardo

No creo conocer una palabra tan poderosa y significativa como “gracias”. A veces es solo una costumbre decirlo cuando alguien hace algo por ti, pero cuando en realidad lo sientes, dejas la puerta abierta a cosas mejores.

¿Qué por qué digo esto? Porque la experiencia vivida con Gabriel Caballero como Director Técnico de los Tuzos fue, pese a los resultados negativos, insólita y agradable en algún momento para todos. De un día para otro, Hugo Sánchez fue destituido como timonel de Pachuca, al tiempo que se anunciaba al “número 8” como el sustituto del “Macho” en el banquillo blanquiazul. Cuando la noticia llegó a oídos de un servidor, debo decir que mi cabeza explotó con la cantidad de anhelos y expectativas generadas. Sin embargo, las cosas no ocurrieron como yo pensaba.

El deseo nos ciega incluso de la lógica. Hablamos de un hombre que nunca había dirigido en el máximo circuito del futbol mexicano, y que salía a dar la cara por una versión adolorida y frustrada de Pachuca, la otra cara de la moneda que él conoció como jugador. Aprendiendo sobre la marcha se llevó un mal sabor de boca, que solo pudo ser resuelto dando un paso al costado.

Todos recordamos con cariño a Gabriel Caballero, el mediocampista que con Pachuca lo ganó todo, que a Pachuca le dio todo. Un hombre que en cancha supo decir “me voy en la cima” y colgó los tenis para no volver a vestir el número ocho en la espalda nunca más. Ahora, supo decir “gracias” a la oportunidad y respaldo que todos le dimos, que todos apoyamos, y sin embargo, que muchos recriminamos por la ausencia de actitud. No todo fue culpa de Gabriel Esteban, sin embargo, dejó el banquillo como los grandes, bajo buenos términos y siempre agradecido con todos los que aplaudimos su llegada a Pachuca, tanto al campo como al banco.

Gracias Gabriel Caballero, leyenda tuza.

Ahora, llega en su relevo y rescate de un equipo necesitado de fe y resultados, un hombre que con Pachuca lo ganó todo. El Profesor Enrique Meza Enríquez vuelve a casa con hambre y deseos de triunfo. Consciente de que su gente lo necesitaba, no lo pensó dos veces y en unas cuantas horas ya se encontraba plantado en la cancha del Estadio Hidalgo, donde tantos trofeos levantó, para decirle a sus nuevos pupilos “vamos a hacer las cosas bien”.

Eso sí, unos cuantos días de entrenamiento como equipo no van a bastar para ver la mano de Meza en el equipo. Un empate aburrido e insípido ante Pumas es el resultado de la mala racha que, poco a poco, se drena de la mente y cuerpo de cada uno de los que llevan el escudo de Pachuca en el corazón. Sin embargo, los entrenamientos ya dieron de qué hablar en cuanto a los consejos de éste hombre que tanto tiene que aportarle a nuestro equipo.

En fin, estamos siendo testigos de la revancha de Enrique Meza con Pachuca, y digo revancha porque un hombre que tanto ganó en tan poco tiempo siempre tendrá ganas de más. Esta afición tiene ganas de más. Siendo realistas, es una idea un poco descabellada pensar que Pachuca volverá a tener una época tan mítica como la de la pasada década, y más en un corto plazo. Pero vamos, si ya se logró una vez, ¿quién dice que no puede haber más?

De Pachuca esperamos mucho, y con Meza en el banquillo, aún más.



domingo, 1 de septiembre de 2013

Equipo en crisis


Por Roberto Pichardo

Las jornadas pasan y los Tuzos pareciera no caminan ni a empujones. Ahora fue Monarcas quien no tuvo piedad con los nuestros y acribillaron el marco defendido por Óscar Pérez, siendo efectivos en cuatro ocasiones. Gabriel Caballero fue jugador estrella de Pachuca, una leyenda, pero esos días ya terminaron. Qué más quisiera él que meterse al campo a enseñarles a sus pupilos cómo eran las cosas en sus tiempos, los tiempos de gloria. Sin embargo, las cosas no son así. Hoy por hoy, el Club de Futbol Pachuca se las está viendo duras. No hablemos de Caballero, él solamente es el técnico. Lo que tenemos en frente es una crisis a nivel institución.

Desde hace ya tres años Pachuca no disputa una final, y cómo no nos va a tener incómodos si la costumbre era verlos pelear más de un torneo de categoría a la vez. Es muy sencillo centrar las críticas en torno al técnico, finalmente, es el único integrante del plantel que con un chasquido puede ser despedido y sustituido al instante. Ahora, si analizamos la plantilla del equipo y nos hacemos una pregunta tan sencilla como “¿quién es la actual figura de los Tuzos?”, les aseguro que no habría respuesta.

Recientemente se cumplió un año de la asociación con América Móvil de Carlos Slim. El multimillonario mexicano nos da una probadita de la situación mexicana con los monopolios. A raíz de su llegada, Grupo Pachuca ha buscado mayor amplitud en sus ingresos, el caso más claro es la compra de los Estudiantes Tecos. El dinero ciega a la gente, y suele suceder que cuando tus proyectos crecen aceleradamente pierdes de vista lo que originalmente buscabas. ¿Quién nos puede garantizar que las metas de Grupo Pachuca son las mismas que hace unos años? De aquellos días en los que los Tuzos y el Club León no tenían nada que ver; aquellos tiempos en los que líderes en la cancha sobraban, seleccionados había y títulos se conquistaban.

Los hombres de pantalón largo podrán dormir tranquilos por un tiempo más, saben que la venta de Héctor Herrera es la más exitosa de sus negociaciones. Pero ojo, eso no será por siempre. La gente pronto comenzará a manifestarse, no con comentarios pesimistas y ridículos en las redes sociales, esos nadie los lee. Cuando comenzará a pesar la hinchada furiosa será cuando dejen de ir a los partidos, cuando dejen de comprar los productos, cuando dejen de llenarle los bolsillos a gente que, al parecer, le empieza a quedar grande la camiseta de nuestro equipo.

Regresando a lo que sí podemos ver, creo que el plantel vive una crisis emocional en primer término. Dicen que nada en esta vida es de a gratis, y si piensas mal te ocurren cosas malas. En estos momentos más de la mitad de la plantilla se encuentra marginada, ya sea por lesiones o porque no atraviesan su mejor momento futbolístico.

Se me hace inconcebible que Duvier Riascos falle remates a un metro de la línea de gol, con la fortuna para él de encontrarse en posición adelantada. Claro, ya metió el gol del orgullo, pero ¿en verdad es capaz de eso únicamente? Cavenaghi anotó en su debut como futbolista y como tuzo, y con una diana se encuentra en una zona de confort. Ludueña, el responsable de echarse al equipo al hombro, sigue sin despegar de la sombra de ese insólito gol ante Tigres.

La promesa, el hombre que en verdad siente la camiseta, el que cada partido es factor y figura, ese que llega a tu mente mientras lees estos adjetivos que lo describen a la perfección. Su nombre es Miguel Ángel Herrera Equihua, tiene 24 años y surgió de Titanes de Tulancingo. El hombre que tuvo que pelear por su puesto es el que hoy da la cara por su equipo. Quizás eso es lo que debería de suceder con varios futbolistas que llegan inflados, ponerlos a competir por el lugar en el once inicial para asegurarse de que jugarán para el equipo con inteligencia y entrega.



domingo, 18 de agosto de 2013

¿Experiencia o corazón?


Por Roberto Pichardo

Si de técnicos se trata, Pachuca ha tenido de todo. Desde los más experimentados como Enrique Meza y Víctor Vucetich, pasando por los medianamente exitosos como Efraín Flores y Hugo Sánchez hasta llegar a los que recién comienzan su carrera. Gabriel Caballero ha perdido la fe de la gente con el pasar de las semanas. Pareciera que aquellos que piden el cese del “Eterno” no recuerdan que fue un técnico canterano quien le dio el primer título a Pachuca, cuando con lo único con lo que se soñaba era con la salvación permanente del descenso. Javier Aguirre puso el primer peldaño de oro en la historia del club minero, y no era un técnico con trayectoria de veinte años.

Hoy, la historia es diferente. Pachuca cayó en un bache futbolístico que desde hace tres o cuatro años lo tiene lejos de los primeros planos. La directiva ha intentado de todo para regresar a los Tuzos al estrellato, luego de que en una década se apoderaran de todo aquello a lo que se enfrentaran.

Tanto jugadores como técnicos, ha habido una gran variedad. Jóvenes y no tan jóvenes; canteranos y experimentados; guerreros y cómodos; habilidosos y duros. La gente no se podrá quejar de que falta experiencia, he ahí a Óscar Pérez, quien merecería un poco más de respeto por parte de la afición del equipo al que defiende. No podrán decir que los jóvenes no tienen calidad, puesto que Herrera Equihua banqueó a un campeón de Juegos Olímpicos. No deberán decir que el medio campo es un desorden, ya que de una ola de jugadores que vienen y van, Jorge Hernández es el único que quedó de la época de Hugo Sánchez. Si bien los delanteros no pasan por buen momento, claro es el caso de Duvier Riascos, dan todo de sí por la causa del equipo. Es muy raro ver que un centro delantero corra tanto en busca de los balones como lo hace Cavenaghi, e incluso como Ludueña.  

Gabriel Caballero ha mantenido su sueño de hacer campeón a Pachuca como técnico entre las cejas. En otras épocas, existían jugadores predilectos a los cuales se les debía ceder el esférico para que arrancara la magia, tal es el caso de Damián Manso con Marini como estratega. Cosas como esas provocan disturbios en el vestidor, y por ende, la desintegración de las metas. Detalles como ese confirman que la baja futbolística del Club de Futbol Pachuca viene desde tiempo atrás. ¿O acaso no recuerdan los gritos de Mustafá hacia el “Gringo” Torres en pleno partido? ¿Ya se olvidaron de los disturbios provocados por Mauro Cejas y Carlos Velázquez? ¿Qué me dicen de los berrinches de Nery Castillo cuando Hugo Sánchez lo sacaba del campo? ¿Y las declaraciones del “pentapichichi” al salir de los Tuzos?

Con Gabriel Caballero en la dirección técnica da la impresión de un vestidor menos tenso, o por lo menos sin grietas. Los jugadores comparten la responsabilidad del mal funcionamiento del equipo, porque eso es lo que un equipo significa. Si Pachuca gana, todos ganan. Si Pachuca pierde, todos pierden. ¿O habrá alguien a quien le dé gusto que su equipo no funcione? Si bien es cierto que el “8” solamente acumula 23 partidos dirigidos en primera división, creo que inspira una mayor entrega que la que han dado los últimos entrenadores.

En el futbol las cosas son a prueba y error. Será cuestión de tiempo para que se dé cuenta de que Ayoví no debe jugar como lateral, que Riascos debe ganarse la titularidad con acciones en el presente, que hay muchas cosas por cambiar. En tanto, yo reconozco que ha aprendido a involucrarse mucho más en lo que ocurre en la cancha, a animar a sus jugadores de forma colectiva e individual y sobre todo a mantener claro lo que significa vestir los colores del equipo que ama.

Caballero, creo en ti.    


domingo, 11 de agosto de 2013

¿Por qué empató Pachuca?


Por Roberto Pichardo

A estas alturas ya todos conocemos la triste historia que tuvo lugar el día de ayer en el Estadio Jalisco. Los Zorros del Atlas tuvieron a bien de rescatar el empate en la última jugada del partido cortesía de Matías Vuoso. Si bien es cierto, los Tuzos no merecían el triunfo, pero, ¿por qué fue que la justicia del futbol se hizo presente? ¿Cuáles fueron las causas?

En un partido que vino a más, con un rayo que cayó muy cerca del lugar en donde se desarrollaba el encuentro y el cielo que caía a pedazos sobre 22 jugadores con grandes deseos de la victoria, se celebró un partido con varias cosas que resaltar.

Primero que nada, me parece más que suficiente el pasar de cinco jornadas para saber que Walter Ayoví no tiene nada que hacer en la lateral izquierda. Un cambio efectivo realizado por Gabriel Caballero fue el ingreso de Juan Carlos Rojas en sustitución de Duvier Riascos, jugador que comienza a acabar con mi paciencia. Con el ‘Romita’ en el campo, Ayoví fue recorrido de línea, convirtiéndose en un eje de ataque con llegadas peligrosas. ¡Ese es el Walter Ayoví, imponente y habilidoso, que todos queremos ver!
Después llegaron dos ocasiones de gol claras. ¿Qué pasó? Los delanteros se amontonaron en el área, nadie se decidió a definir y todos quisieron pegarle al mismo tiempo. El factor desorden, conjugado con el exceso de defensivos rojinegros, impidieron el flujo del balón en el último paso. Llegadas hubo, se concretó solo una, y eso con problemas.

Bien dicen que “el que perdona, pierde”. Atlas se volcó la mayor parte del partido al frente, buscando la oportunidad que le diera el empate. Algunas intervenciones de la saga y unas más de Óscar Pérez contribuyeron a mantener intacto el marcador. Sin embargo, la lluvia hizo justicia en pro de los locales y Vicente Matías Vuoso no lo pensó dos veces para sacar un disparo filtrado entre la multitud y vencer al ‘Conejo’ en la última oportunidad. Vaya final, todos estuvimos al filo de la butaca.

Ahora, también es justo dar honor a quien honor merece. El día de ayer fuimos testigos de una exhibición brillante de futbol por parte del joven Rodolfo Pizarro, quien comienza a caracterizarse como uno de los jugadores con mayor clase y prudencia del equipo. Los dos últimos adjetivos describen lo que todo jugador necesita. No se trata de saber esconder y jugar el balón por todo el campo y comerte al mundo en una jugada, sino de saber cuándo y cómo hacerlo. Y Pizarro sabe cuándo y cómo, sabe devolver el balón, tiene visión del campo y garra para pelear balones que parecería se pierden. Bien por él, orgulloso producto de las Fuerzas Básicas.

Por último, creo que no fui el único espectador al que se le paralizó el corazón al ver a Enrique Esqueda, tras más de un año y medio de ausencia, dar un par de saltos junto al cuarto árbitro para darle la mano a su compañero y entrar a la cancha, a disputar su primer partido de Liga MX desde enero de 2012. El “Paletuzo” verdaderamente está de regreso, y estoy seguro de que querrá pelear un puesto por la titularidad en cuanto se estabilice por completo, para volver a regalarle sonrisas a los que se ponen la blanquiazul cada sábado, sin fallar.

Dados los puntos de vista de un servidor, y reiterando que la palabra más valiosa la tiene el lector, se que llegaremos a la conclusión de que a Pachuca le sacaron dos puntos de último minuto con toda justicia, por lo tanto, hay cosas que corregir para derrotar al archirrival  con el que se verá las cosas el próximo sábado: Club América.


domingo, 28 de julio de 2013

Siguiendo a dos promesas


Por Roberto Pichardo

Érase una vez un escritor de 16 años que no tenía ideas para impactar y cautivar a los lectores de su columna dominical. Entonces, fue cuando apareció la inspiración. Eran dos jugadores, uno nacido en Argentina, el otro con sangre tricolor. Ambos militan en los Tuzos del Pachuca y ambos serán protagonistas del siguiente escrito.

Ayer por la noche el futbol regresó a la Cuna. El estado de Hidalgo recibía en su capital y con los brazos abiertos una nueva esperanza de balompié y gloria, esa dulce pareja que posa de la mano para un solo afortunado, cada seis meses. Los aficionados acudieron a la cita con disposición y entrega. Más de 26 mil asistentes que, además, no permitieron la invasión del visitante, como suelen absorber los estadios rivales.

Comenzaba el encuentro y los nuestros repetían alineación. Uno o dos ajustes le haría un servidor, pero en general me agradó. En fin, comenzó el encuentro y los Tuzos, con un uniforme retro que recuerda al cuadro que fuese amo y señor del futbol azteca, se pusieron al frente con un remate de cabeza tras un salto que parecería que en vez de tacos el individuo llevaba resortes pegados a los botines. Era Miguel Herrera Equihua, el muchacho prodigio de la cantera tuza que ahora se estrenaba como goleador. Me dio un gusto muy peculiar que fuera anotación de Equihua, algo tiene que me ha llenado el ojo por completo con su buen futbol a una edad en la que Europa aún es tangible.

Para la segunda mitad, con los cartones parejos y con la gente frenética en la madriguera, vendría un gol muy especial que quedará para la memoria de muchos aficionados. Sé que mi amigo lector recordará aquel extraordinario gol de Walter Silvani en la final celebrada en el Estadio Volcán, casa del Tigre. Si no le falla la memoria se dará cuenta de que el tanto marcado por Daniel Ludueña, quien además cumplía 33 años al momento de fulminar el arco de Enrique Palos, es una auténtica réplica del gol que valiera un campeonato en uno de los terrenos más complicados de México. Dos joyas idénticas en dos estadios diferentes, producto de dos futbolistas distintos pero que de igual manera hicieron estallar a la fanaticada blanquiazul.

Alguna vez el gran Jorge Valdano dijo: “Algunos dirán que en fútbol sólo interesa ganar y otros, más cándidos, seguiremos pensando que si esto es un espectáculo también importa gustar.” Fijando la mirada en la noche del 27 de julio de 2013 en los interiores del inmueble deportivo inaugurado en 1993, estaremos de acuerdo con las palabras del ídolo del futbol. Los tres partidos que Pachuca ha disputado, contando el de Copa, han sido satisfactorios en resultados y en espectáculo. La gente se ha ido contenta y con un buen sabor de boca.

Ahora, enfocándome en los autores de los goles del local, hablaré brevemente de los que, a juicio y gusto del escritor, son la promesa más grande de los Tuzos en estos momentos.

La semana pasada mencioné que algo tenía la cantera tuza que los Herrera se convertían en jugadores clave (y no, ¡no son hermanos!), y es que si sumamos la actuación del muchacho surgido de Titanes de Tulancingo de ambos partidos disputados, el resultado será una eficacia como pocos defensas han mostrados con la camiseta de Pachuca. Eso sí, es un joven con mucha garra. Salió lesionado del entrenamiento del viernes y mírenlo, ¡anotó el primer gol! ¡Eso es amar lo que haces!

Del otro lado de la cancha se encuentra Ludueña. Un hombre que se ganó el gafete de capitán a base de trabajo duro y buenos resultados en la pretemporada. Uno de los hombres más experimentados que hoy viste nuestros colores nos regaló anoche una pincelada de buen futbol, como todo buen arte, con una asistencia y un gol fuera de serie. Este es el ‘Hachita’ que esperaba ver, después de creer que falló en su misión líder el pasado torneo, al no rescatar el buque tuzo que se hundía en la apatía.

Uno de los hombres que he mencionado en esta ocasión levanta la mano, sin decir una sola palabra al respecto, para la Selección Mexicana. Ahora que está de moda el tema de los nacionalizados no le vendría mal un poco de experiencia al derrumbado tricolor. El otro de ellos, dice “véanme” al viejo continente. ¿Quién dice que Equihua no podría brincar al otro lado del charco? Tiene edad, condiciones y disciplina. Que siga los pasos del otro Herrera que ahora viste de otro blanquiazul (insisto, ¡no son hermanos!).

Ellos dos, junto con Cavenaghi, serán las figuras del Pachuca en éste Apertura 2013. Recuerden mis palabras.      


domingo, 21 de julio de 2013

La Voz del Huracán: ¿La tercera es la vencida?


La Voz del Huracán: ¿La tercera es la vencida?

Por Roberto Pichardo Ramírez

Hace un año se optó por renovar el cuadro tuzo, con una gran lista de nombres, más no hombres. Los que fuesen comandados por Hugo Sánchez mostraron, en aquél entonces, un futbol insípido y poco creativo. Seis meses después, el camino se trazó a medias. Con un técnico meramente tuzo, y con un nuevo refresco a la plantilla, se mostró una ausencia de actitud y contundencia que nos dejó con el “ya merito” en la boca. Hoy, la historia es distinta.

Pachuca regresa a la acción tras una pretemporada favorecedora, una tercera transformación en la escuadra y tres objetivos claros: “Calificar a la liguilla, Libertadores y terminar con más de 28 puntos”, sentenció Andrés Fassi hace unos días. Ahora, con el “Eterno” recibiendo una segunda oportunidad y una nueva piel que recuerda a la época dorada, notamos a un verdadero equipo, no solo un par de estrellas. A continuación las reacciones.

En primer lugar, podemos destacar el trabajo defensivo. Si bien el partido vivido al medio día en Toluca fue una función muy reñida de futbol, incluso algo atascada, el resultado favoreció al que fue tan solo un poco más incisivo que su contrincante. Sorprende ver a Ayoví como lateral cuando todos lo hacíamos parte del medio terreno. En fin, demostró que donde lo pongan, responde. Así mismo destaca la excelsa actuación del que, a juicio de un servidor, debe ser nombrado el novato del torneo que cerró el año futbolístico. Algo tiene la cantera tuza con los Herrera. Uno ya está en Portugal, e incluso ya fue campeón; el otro, demuestra desde la primera fecha que es un defensa central con condiciones extraordinarias. Es cuestión de tiempo para que los arietes rivales tiemblen ante la seguridad de Miguel Ángel Herrera Equihua.

El medio campo hizo lucir a un Rodolfo Pizarro con iniciativa y garra, asistiendo al ataque y defendiendo en su nueva posición, en la cual, ha respondido a la perfección. Así mismo vimos a un Jorge Hernández luchador, con un permanente deseo de hacerse del balón, o por lo menos, de no permitir que el contrario haga de las suyas, y que además, tuviera la oportunidad de ser capitán tras la salida de Ludueña. Señores, la directiva escuchó sus propuestas.

No se puede dejar a un lado lo negativo, de otro modo, el ser humano no lograría crecer y se estancaría en su evolución. Noté a un Cavenaghi, si bien participativo, fuera de tiempo. Hubo varias oportunidades que el atacante no supo definir o controlar, siendo el factor sorpresa un claro ausente el día de hoy. Alguien tendrá que platicar con Duvier Riascos, el “flamante” refuerzo, en cuestión de las actitudes. Estoy seguro que él soñaba con ser futbolista cuando niño, habrá que recordarle lo divertido que era jugar al balompié con sus amigos en el patio del colegio.

También hubo detalles menores que contribuyeron a un cierre de partido cardiaco y con tintes de sufrimiento. Arce debería pensar dos veces al momento de tener el balón, soltó tres pedradas que no deben de ser de un futbolista profesional; Damm debe responder a la confianza mediante compañerismo. Toque. No juega el que mete goles, sino el que participa en ellos.

En fin, en términos generales es un Pachuca que promete. Se vio una estabilidad defensiva que el equipo demandaba por caridad. Una fluidez y seguridad en el medio campo y un mejor entendimiento al frente. Si a esto le agregamos a un técnico mucho más presente en las acciones de sus aprendices, con más carácter y verdadera dirección desde el banquillo, tendremos como diagnóstico que Pachuca tiene fuertes argumentos, mucha más garra, grandes promesas como es el caso de Pizarro y Equihua, y mayor orden.

Ahora que los jugadores saben a lo que deben jugar, es cuestión de afinar los detalles. La delantera, que parece ser el punto que más se debe tratar, tiene la capacidad, variedad y frescura necesaria para generar competencia interna y brindarnos lo que esperamos: triunfos.

Ahora sí, éste Pachuca SÍ es un equipo. Éste Pachuca SÍ promete.


domingo, 7 de julio de 2013

Carta a Héctor Herrera


Por Roberto Pichardo

Hoy no es un domingo cualquiera. Hoy no me siento a escribir sobre lo primero que se me viene a la mente. Hoy hago este escrito con un sentimiento especial, hacia alguien especial. Me llegó la idea de rendir un pequeño y humilde homenaje a uno de los canteranos más destacados en la historia del Club de Futbol Pachuca: Héctor Miguel Herrera Rubio.

Siendo tan joven, logras el sueño de muchos futbolistas, deportistas y seres humanos. Cambias de aire y de suelo para cosechar lo que tú mismo cultivaste a base de esfuerzo, dedicación y un sueño a perseguir. A punto estuviste de quedarte en el intento, de dejar ese sueño en un simple pensamiento, una visión, un espejismo inalcanzable, pero no te rendiste. Tu caso en particular me llena de alegría porque puedo decir con orgullo y entusiasmo que te seguí la pista desde el día en que debutaste.

Algo había escuchado ya sobre un Héctor Herrera, apodado “Zorrillo” por el inusual corte de cabello que tenía en sus años de fuerzas básicas. Incluso llegué a ver una foto tuya entrenando, luchando, demostrándoles a todos, desde tus padres hasta los hombres de pantalón largo, lo que el “Zorrillo” tenía que mostrar. En fin, recibiste la ‘última llamada’ al expreso de la gloria y lo tomaste. El resultado, hacer lo que muy pocos han conseguido: ganar la confianza del entrenador y debutar como titular en el primer enfrentamiento de la temporada. Vaya, éste joven promete, no creo que el técnico, llámese como se llame, contemple a un canterano en su once inicial.

De ahí llegaría tu oportunidad de brillar. Ante la lesión de José Francisco Torres, el técnico volteó a la banca para elegir un sustituto por el resto del torneo, y fuiste tú el que inspiró su confianza. Con 14 partidos jugados, te convertiste en uno de los mejores jugadores del equipo, en aquel Apertura 2011, que te otorgara la nominación a novato del torneo.

Tu ambición no terminaría allí. Una vez plantado en la media cancha blanquiazul fuiste por más: la Selección Mexicana. Hubo dos bajas rumbo al Preolímpico de CONCACAF y el torneo Esperanzas de Toulon en Francia. Luis Fernando Tena se vio obligado a buscar sustituto para uno de sus pilares en el medio campo, y una vez más, a base de esfuerzo y amor al futbol, dijiste “aquí estoy”. Fuiste campeón en ambas competiciones, y además, recibiste la distinción de mejor jugador en el campeonato francés.

Más que listo para las Olimpiadas de Londres 2012, venciste miedos y desconfianzas y te convertiste en un jugador capaz, rápido, habilidoso e inteligente, mucho más de lo que ya eras. Formaste parte de una de las versiones más amenas y carismáticas de una Selección Mexicana y pasaste a la historia como uno de los primeros medallistas de oro en la categoría de futbol para los aztecas.

Un año más de buen futbol le brindaste a Pachuca. Dos campañas más en las que demostraste ser uno de los jugadores con más garra y deseos de triunfar, lo cual se vio reflejado en tu llamado a la Selección Mayor de José Manuel de la Torre.

Hoy te vas con la gloria en tus manos, con la admiración y respeto de toda una nación. Te conviertes en el fichaje más caro en la historia del balompié mexicano, y emigras a un equipo europeo de alto prestigio para convertirte en pilar del mismo. ¿Acaso nos tienes alguna otra sorpresa?

Alguna vez te vi jugar y te grité “¡con todo ‘Zorro’!”, a lo que tú respondiste con un pulgar en alto. Ahora que te mando mi mejor vibra desde aquí hasta dondequiera que llegues, estoy plenamente seguro de que mantendrás, hoy y siempre, el pulgar hacia arriba.

Gracias por tu entrega Héctor, enorgullécenos.