Por Roberto Pichardo
Los Tuzos del Pachuca no han sido un equipo constante en el presente
torneo, y menos anoche que se rompió una racha positiva de 14 partidos sin
conocer la derrota en la madriguera. A pesar de todo, se mantienen hasta el
momento en la quinta posición de la tabla, con varias jornadas aferrados a
dicho puesto, y por ente, en la pelea por la clasificación y el título. Pero,
¿cuál podría ser la inspiración del tuzo de primera división?
A mi parecer, lo conseguido el sábado pasado por la
categoría Sub-13 filial del Club Pachuca representa mucho más que un título más
en la extensa sala de copas de categorías menores. No, significa un esfuerzo
incansable de jóvenes que luchan por sus sueños desde temprana edad; una garra
y amor por la camiseta y por el futbol; el poder de concentración y
determinación en lo que se quiere lograr y el sabor más noble y sincero de la
victoria.
Los Tucitos sub-13 me han enseñado un par de cosas con el
título obtenido, porque no fue nada fácil. Llegar a la Gran Final representa,
para un servidor, el resultado de la combinación de un trabajo extraordinario,
donde la combinación de factores los ha favorecido en la mayor parte de las
ocasiones, y por supuesto, un gran vestidor. Cuerpo técnico, jugadores y
directivos, aún en las categorías menores, son un grupo. Un grupo que debe
trabajar como ello, unidos y solidarios, pensando en lo que todos quieren y
construir el camino hacia las ambiciones individuales. Y ellos, ellos son un
gran grupo, alegre e incansable.
Una anécdota que quedará para la historia con estos
jovencitos es la de la semifinal contra Chivas. Una foto maravillosa, de las
más bonitas que he visto en la categoría del deporte, y un claro reflejo de
solidaridad y compañerismo de profesión. La imagen retrata a un jugador de
Guadalajara con lágrimas en los ojos, conciente de que su sueño ha sido, por ahora,
frustrado. Mientras tanto, un Tucito lo abraza y le seca las lágrimas, como si
fuera su hermano mayor. ¿Qué podemos pensar de esa clase de actos? ¿Acaso no es
reflejo de la nobleza y ‘ángel’ que invade los corazones de los blanquiazules
sub-13?
Contrastando la victoria de la categoría menor con la
situación actual del equipo mayor, ¿qué pueden rescatar los jugadores de
primera división de esta victoria? Jóvenes de menos de 13 años ganaron en tanda
de penales, la instancia más difícil para un desempate. Mantuvieron la cabeza
fría en todo momento y la determinación entre las cejas. Supieron controlar los
nervios y transformarlos en convicción. Los mayores deberían detenerse a pensar
la hazaña realizada por los Tucitos y comenzar a creer que sí se puede. Si se
puede ir a ganarle a Monterrey y Tigres para después cortarle la racha al Ave
en el Hidalgo.
A mí me deja una enorme inspiración la pasada victoria por
los jóvenes en el Estadio Azteca. A ti, amigo lector, ¿qué te deja de impresión
y de provecho? ¿Qué deben rescatar los jugadores de la categoría mayor?
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