Por Roberto Pichardo
¿Cuántos
no nos hemos puesto al borde de la butaca o frente al televisor y gritado ‘¡Córrele!’
‘¡Pégale!’ ‘¡Pásala!’ ‘¡No lo dejes!’? ¿Cuántos no hemos dicho ‘si yo fuera el
capitán…’ ó ‘si yo fuera el técnico…’? Todos, en algún momento, hemos querido
meternos a la cancha y jugar por nuestro equipo, o filtrarnos en el vestidor
para darle un “speech” motivacional o simplemente regañar a nuestro equipo.
“Con
7 años de edad, Y con una familia Puma, salí diferente, mi destino era ser
Tuzo...”. Con estas palabras y una gran colección de artículos del Pachuca, fue
como Daniel Quiroz ganó la oportunidad de ser el capitán tuzo por un día, en un
concurso realizado por la Liga MX bajo el hashtag #AsíQuedéLigado.
Una
situación suscitada el pasado sábado ante Puebla que marcó la vida del joven, puesto que
se le obsequió una playera autografiada con su nombre y la leyenda ‘capitán x 1
día”, además de estar presente en el calentamiento, en el vestidor y en el
sorteo inicial. Este gran reconocimiento me sirvió como excusa para preguntarme
y preguntarte: Si fueras capitán tuzo, ¿qué harías?
Nunca
es malo echar a volar la imaginación y ponernos en el terreno de juego, con
nuestro número favorito en la espalda y una cinta en el brazo que nos distinga
de los demás jugadores. Ser la cabeza del equipo y ver siempre por el bien del
mismo dentro y fuera de la cancha.
En
lo personal me emociona mucho el pensar todo lo que vivió Daniel Quiroz, lo que
le pudo haber dicho a los jugadores, la forma en que los pudo motivar, es increíble.
Si hubiera sido yo el que estuviera adentro, con los hombres que me hacen amar
los colores, ir a apoyarlos cada quince días y escribir estas líneas, hubiera
recordado toda la gloria que ha logrado mi equipo, en conjunto, con el pasar de
los años. Les hubiera recalcado la enorme figura y leyenda que tienen como
entrenador, así como los guardianes celestiales que portan los dorsales 20 y 1
en las alas. Asimismo, les habría aplaudido por todas las emociones que he
vivido en el torneo en curso, y de antemano agradecerles por las que me falta
vivir. Decirles que nunca deben de perder de vista el triunfo, y sobre todo,
marcar en sus corazones un bonito recuerdo como ellos en mí han marcado tantos.
Ser
capitán por un día, un sueño, una oportunidad única. ¡Cuántas cosas no haría y
diría! La expresión de Paulo Da Silva al estar con el muchacho Daniel lo dice
todo: haz llegado a refrescar el vestidor, a llenarnos nuevamente de alegría, y
nos haz recordado el verdadero significado de la camiseta.
Si
yo fuera capitán tuzo, el equipo se enamoraría de Pachuca.
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