domingo, 28 de julio de 2013

Siguiendo a dos promesas


Por Roberto Pichardo

Érase una vez un escritor de 16 años que no tenía ideas para impactar y cautivar a los lectores de su columna dominical. Entonces, fue cuando apareció la inspiración. Eran dos jugadores, uno nacido en Argentina, el otro con sangre tricolor. Ambos militan en los Tuzos del Pachuca y ambos serán protagonistas del siguiente escrito.

Ayer por la noche el futbol regresó a la Cuna. El estado de Hidalgo recibía en su capital y con los brazos abiertos una nueva esperanza de balompié y gloria, esa dulce pareja que posa de la mano para un solo afortunado, cada seis meses. Los aficionados acudieron a la cita con disposición y entrega. Más de 26 mil asistentes que, además, no permitieron la invasión del visitante, como suelen absorber los estadios rivales.

Comenzaba el encuentro y los nuestros repetían alineación. Uno o dos ajustes le haría un servidor, pero en general me agradó. En fin, comenzó el encuentro y los Tuzos, con un uniforme retro que recuerda al cuadro que fuese amo y señor del futbol azteca, se pusieron al frente con un remate de cabeza tras un salto que parecería que en vez de tacos el individuo llevaba resortes pegados a los botines. Era Miguel Herrera Equihua, el muchacho prodigio de la cantera tuza que ahora se estrenaba como goleador. Me dio un gusto muy peculiar que fuera anotación de Equihua, algo tiene que me ha llenado el ojo por completo con su buen futbol a una edad en la que Europa aún es tangible.

Para la segunda mitad, con los cartones parejos y con la gente frenética en la madriguera, vendría un gol muy especial que quedará para la memoria de muchos aficionados. Sé que mi amigo lector recordará aquel extraordinario gol de Walter Silvani en la final celebrada en el Estadio Volcán, casa del Tigre. Si no le falla la memoria se dará cuenta de que el tanto marcado por Daniel Ludueña, quien además cumplía 33 años al momento de fulminar el arco de Enrique Palos, es una auténtica réplica del gol que valiera un campeonato en uno de los terrenos más complicados de México. Dos joyas idénticas en dos estadios diferentes, producto de dos futbolistas distintos pero que de igual manera hicieron estallar a la fanaticada blanquiazul.

Alguna vez el gran Jorge Valdano dijo: “Algunos dirán que en fútbol sólo interesa ganar y otros, más cándidos, seguiremos pensando que si esto es un espectáculo también importa gustar.” Fijando la mirada en la noche del 27 de julio de 2013 en los interiores del inmueble deportivo inaugurado en 1993, estaremos de acuerdo con las palabras del ídolo del futbol. Los tres partidos que Pachuca ha disputado, contando el de Copa, han sido satisfactorios en resultados y en espectáculo. La gente se ha ido contenta y con un buen sabor de boca.

Ahora, enfocándome en los autores de los goles del local, hablaré brevemente de los que, a juicio y gusto del escritor, son la promesa más grande de los Tuzos en estos momentos.

La semana pasada mencioné que algo tenía la cantera tuza que los Herrera se convertían en jugadores clave (y no, ¡no son hermanos!), y es que si sumamos la actuación del muchacho surgido de Titanes de Tulancingo de ambos partidos disputados, el resultado será una eficacia como pocos defensas han mostrados con la camiseta de Pachuca. Eso sí, es un joven con mucha garra. Salió lesionado del entrenamiento del viernes y mírenlo, ¡anotó el primer gol! ¡Eso es amar lo que haces!

Del otro lado de la cancha se encuentra Ludueña. Un hombre que se ganó el gafete de capitán a base de trabajo duro y buenos resultados en la pretemporada. Uno de los hombres más experimentados que hoy viste nuestros colores nos regaló anoche una pincelada de buen futbol, como todo buen arte, con una asistencia y un gol fuera de serie. Este es el ‘Hachita’ que esperaba ver, después de creer que falló en su misión líder el pasado torneo, al no rescatar el buque tuzo que se hundía en la apatía.

Uno de los hombres que he mencionado en esta ocasión levanta la mano, sin decir una sola palabra al respecto, para la Selección Mexicana. Ahora que está de moda el tema de los nacionalizados no le vendría mal un poco de experiencia al derrumbado tricolor. El otro de ellos, dice “véanme” al viejo continente. ¿Quién dice que Equihua no podría brincar al otro lado del charco? Tiene edad, condiciones y disciplina. Que siga los pasos del otro Herrera que ahora viste de otro blanquiazul (insisto, ¡no son hermanos!).

Ellos dos, junto con Cavenaghi, serán las figuras del Pachuca en éste Apertura 2013. Recuerden mis palabras.      


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