Por Roberto Pichardo (Twitter: @BetoPichardo_xx) para SomosTuzos.com
No hay otra forma de describir lo que ayer aconteció en el
inmueble hidalguense conocido como ‘El Huracán’. Los reyes magos se adelantaron
y nos regalaron los mejores recuerdos para esas 25.000 personas que acudimos a
un espectáculo que no se daba desde hace ya varios años.
Bien le dije a un amigo al medio tiempo: “45 minutos de
Caballero como DT y me convence más que Hugo Sánchez en todo un torneo”. Y es
que las influencias de Enrique Meza se hicieron presentes desde antes de
arrancar el encuentro.
Pachuca regresó, en todos aspectos. Regresaron las
costumbres que nos distinguieron como familia blanquiazul, no solo hinchas y
jugadores. El hecho de haber escuchado en las alineaciones “…y con el #1 desde
el cielo: ¡Miguel Calero!” y “todos ellos dirigidos por ‘El Eterno’ ¡Gabriel
Caballero!” hizo mi noche inolvidable.
Después vinieron las pañoletas con la
leyenda “vuela alto cóndor, vuela alto”, la brizna invernal, el uniforme
conmemorativo que además de ser el más bonito que ha hecho Nike para Pachuca es
muy similar al que usó Calero en 2011, la casaca de Miguel en la banca de
Caballero, el festejo y abrazo de 10 hombres al momento del gol, la técnica de “toque”,
y lo que ustedes gusten agregar. Fue una noche mágica y nada más.
Un rayo cayó a lo lejos cuando se mencionó a Miguel Calero
como parte del cuadro titular. Eso me bastó para saber que nuestro nuevo ángel
guardián protegerá a Pachuca hasta devolverlo al éxito. Nos observaba mientras
le detenía un penal a Pablo Hernán Gómez.
El partido, vaya, fue inteligente. Quizás no se ganó de
forma contundente, pero se consagró una forma de juego, un 11 inicial, un
parado, una identidad. Poniéndonos críticos, veo a un Pachuca que promete, que
puede lograr buenas cosas con el plantel y técnico que alberga. Y por supuesto,
con madriguera llena, ¿quién podrá contra ti?
Esta noche es la primera que se juega a tu nombre, gran
hombre. Gracias Calero, gracias Pachuca, gracias Gabriel. Los aficionados les
agradecemos la noche mágica que nos regalaron.
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